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En fuga continua de mi propia prisión.

lunes, mayo 26, 2008

Le Questionnaire Proust

La tarde del 26 de mayo de 1890, cuando apenas faltaba una hora para que Françoise, la criada, lo llamase a gritos (como era su costumbre) desde el piso principal del número 45 de la rue de Corcelles en socorro de la cena, el joven Marcel Proust, que a la sazón contaba con 19 años y un fino bigote negro que orlaba su boca, equilibrando la desproporción que producía en esa parte de su anatomía el exceso de labio inferior, sacó de uno de los cajones de su cómoda el cuestionario que 6 años atrás descubrió leyendo "An Album to Record Thoughts, Feelings, &c", propiedad de su amiga Antoinette, hija del futuro presidente de la república francesa Félix Faure, documento originalmente en inglés que él mismo había traducido en una separata, pregunta por pregunta, reformulándolo libremente en francés, y se dispuso de nuevo a responderlo. Se sentó sobre la butaca ultramullida cubierta de antimacasares de rosetas de croché, el cuestionario apoyado en un antiguo cuaderno escolar anclado firmemente sobre sus rodillas y, a la sombra de un quinqué, pluma en mano, empezó a copiar las preguntas en una hoja aparte que fechó en la parte superior derecha. A la primera pregunta, "¿Cuál es para usted el colmo de la desdicha?", respondió "Estar separado de mamá" y acto seguido se subió el calcetín derecho con la mano que tenía libre. Seis líneas más abajo, ante la pregunta "¿Cuál es su ocupación preferida?", ajeno a que estaba escribiendo en la separata original que siempre copiaba en un nuevo folio antes de repetir el cuestionario, escribió con bellos caracteres en mayúscula: "AMAR".