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En fuga continua de mi propia prisión.

miércoles, mayo 19, 2010

Las novelas de entreguerras

Ayer café + cena + cóctel con L. Hablamos sobre la sensación derrotista que tengo. Sobre la que tenía ella antes de irse de aquí y lo mucho que ha cambiado luego su vida... Le digo que yo también quiero cambiar aspectos de mi aburrida existencia pero que no sé cómo hacerlo. Me habla sobre el coaching online que está haciendo... me lo recomienda. Mientras me dice que me tengo que visualizar consiguiendo mis metas se ríe porque me conoce y sabe la cara de incredulidad que estoy poniendo...
"Tienes que leer menos novelas de entreguerras", me espeta. Con esta frase me desarma. Me río, hablamos sobre El bosque de la noche, novela buenísima que siempre he tenido como obra de cabecera pero, definitivamente, poco recomendable para subir el ánimo. El gran arte acaba aplastándote...
Me encanta estar con L. Tiene un aura positiva, afirmativa, rotunda.
L., que se llama como la musa de Petrarca, y que fue una gran compañía en mis últimos meses en Madrid, lleva toda la razón: a partir de ahora prometo leer más a los précieux, a Borges, el Tristam Shandy, Don Quijote.
Se acabó por un tiempo Mitteleuropa y la novela de entreguerras.