Mi taza de desayuno se resquebraja... cuando la friego, parece hecha de arena blanda. A veces toco sus desconchones con la yema de mis dedos mojados y con espuma. ¿Cuántos desayunos llevamos juntos? Hay cosas que no deberíamos dejar que se estropeen. Una taza de desayuno está demasiado llena de simbolismo como para dejar que un día se parta entre nuestras manos... Reemplazarla cada cierto tiempo sería una buena forma de evitar su terrible simbolismo.
P.D. No soporto a mi estanquera. Muestra una simpatía nada espontánea. Se la ve deprimida y su esfuerzo por resultar agradable es absolutamente patético. "Gracias por comprarme su veneno, en realidad me deprime vender veneno pero tengo una niña y soy madre soltera". ¿A quién me recuerda su actitud? ¿A mí? Ir a su estanco es como mirarme en un espejo, un hábito diario, aburrido y terrible.