La melancolía que me picó esta tarde se me ha ido pasando a fuerza de poner una y otra vez Lavapiés, de la Suite Iberia de Albéniz.
Verdadera ciclotimia, sí.
Ahora tengo ganas de que lleguen esas tardes de verano con actividades y compromisos sociales. Y de sentir el olor a gel de ducha en la piel fresca y desnuda...