Complacencia de las cosas del hogar.
Lo piensas mientras le robas un cigarrillo a tu trabajo, fumándotelo bajo el dintel que separa el salón de la cocina.
En el escurridor del fregadero, brilla el amarillo de una taza de desayuno. La luz artificial de la campana se reverbera sobre el negro bruñido de la vitrocerámica.
Todo parece estar en su sitio.
En el equipo, Un barque sur l'ocean de Ravel.
La tormenta parece haber amainado...