viernes, mayo 15, 2009

Pantallas

Además de las pantallas domésticas de la televisión, el ordenador, el móvil o la BlackBerry, una más: la del propio Madrid, ciudad por la que me he paseado de forma muy virtual durante los últimos dos años. Apenas sensación de contacto real, los pies a dos palmos del suelo, los dedos de las manos tocando algo parecido a un periférico, a una interfaz... la textura gelatinosa de los sueños.
Y, al otro lado de la pantalla, el frufrú de las copas de los castaños de Indias en primavera.