viernes, junio 20, 2008

Dasein

Hay días, momentos, en que tu configuración está tan óptima que te gustaría guardarla para, en situaciones futuras de rescate, poder invocarla. No es exactamente la felicidad colmada (menuda patraña). Se trata, más bien, de un "ser-ahí", como decía Heidegger, donde se sitúa tu techo de satisfacción y bienestar. La melancolía se ha esfumado y la ansiedad todavía no ha hecho acto de presencia. Un milagro, como el rocío de la mañana.
Los sistemas operativos disponen de una función que sirve para guardar configuraciones óptimas a las que poder volver en caso de fallo del sistema. Son los puntos de restauración.
Sería tan estupendo disponer también de ellos. Pero el tiempo se confunde con nuestra existencia. Imposible anclarlo. Estamos "arrojados a la existencia".
Sólo nos queda esperar. Esperar a que se produzca de nuevo el conjuro.
Un viernes como éste, quizás, tan caluroso, tan hermoso...