"Hay dos especies de genios: uno que ante todo fecunda y quiere fecundar a otros, y otro al que le gusta dejarse fecundar y dar a luz. Y de igual modo, hay entre los pueblos geniales unos a los que les ha correspondido el problema femenino del embarazo y la secreta tarea de plasmar, de madurar, de consumar -los griegos, por ejemplo, fueron un pueblo de esta especie, asimismo los franceses-; y otros que tienen que fecundar y que se convierten en causa de nuevos órdenes de vida, -como los judíos, los romanos, ¿y, hecha la pregunta con toda modestia, los alemanes? -pueblos atormentados y embelesados por fiebres desconocidas, pueblos irresistiblemente arrastrados fuera de sí mismos, enamorados y ávidos de razas extrañas (de las que se "dejan fecundar") y, en esto, ansiosos de dominio".
Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal
viernes, septiembre 02, 2005
jueves, septiembre 01, 2005
Perspectiva (pastiche metafórico)
Leo, a propósito de un barrio residencial creado en París en los años treinta: "La ubicación espacial firme, hiperrectilínea, más la hipóstesis aplicada del artista (según la cual el hombre, al tener una posición vertical, tiende a conformar una mirada horizontal sobre las cosas) con ventanas siempre horizontales y largas, crea una atmósfera palpable de algo semajante a una curva rectora".
Desde la terraza de hotel en la que me encuentro ahora veo el mundo con perspectiva: distintos planos de árboles, casas y montañas, y el azul cambiante del cielo al fondo. En Sevilla, ciudad en la que vivo, la perspectiva que obtengo desde mis balcones se condensa en un solo plano, como en la pintura primitiva anterior a Giotto.
Luego leo sobre Ronda: "La defiende esa serranía cuyo laberinto define Manuel de Lope en Ibería como un bulto confuso de hombres dormidos". ¿Gigantes, quizá? A mi alrededor observo las montañas, como budas sentados en la postura del loto.
Tendemos a conformar una mirada horizontal, sí. Y un pensamiento con perspectiva.
Sevilla la llana... sólo la cuenca del río permite obtener descanso para la vista. Y paz, esa paz anhelada.
Desde la terraza de hotel en la que me encuentro ahora veo el mundo con perspectiva: distintos planos de árboles, casas y montañas, y el azul cambiante del cielo al fondo. En Sevilla, ciudad en la que vivo, la perspectiva que obtengo desde mis balcones se condensa en un solo plano, como en la pintura primitiva anterior a Giotto.
Luego leo sobre Ronda: "La defiende esa serranía cuyo laberinto define Manuel de Lope en Ibería como un bulto confuso de hombres dormidos". ¿Gigantes, quizá? A mi alrededor observo las montañas, como budas sentados en la postura del loto.
Tendemos a conformar una mirada horizontal, sí. Y un pensamiento con perspectiva.
Sevilla la llana... sólo la cuenca del río permite obtener descanso para la vista. Y paz, esa paz anhelada.